viernes, 4 de septiembre de 2009

Cansada ...................

Hoy estoy cansada, la gota colmó el vaso de la paciencia. Ni siquiera fue un evento en específico, es la suma de muchas situaciones y vivencias.

Es ver a una persona conocida casi morir por vivir en un pueblo de la Línea Noroeste que carece de una ambulancia para poder trasladar un herido de emergencia, es saber y vivir la historia de una señora que casi fallece en un hospital de la segunda capital del país porque al entrar a sala de operaciones los médicos se dan cuenta que el récord no aparece.

Es ver a los funcionarios que no funcionan viviendo como reyes a costa del dinero que cada mes aportamos las personas laboriosas y trabajadoras para poder hacer un mejor país. Disfrutando de privilegios que no merecen porque lo único que han hecho es hablar mentiras a un pueblo que aún cree, que aún espera, pero que cada día se da cuenta de que está solo.

Es luchar contra una sociedad donde las prebendas valen más que la honestidad, donde los maestros de algunas universidades queman a los alumnos que no asisten a sus talleres y cursos. Y yo me pregunto, cómo van a aprender de ética nuestros futuros profesionales si las personas encargadas de enseñarles no la conocen.

Estoy harta de que no se respete la ley establecida y lo que prime es la del más fuerte o la del más rico, donde Don Dinero se regordee en el yo puedo porque tengo, de una sociedad que en lugar de exaltar el trabajo honrado y dignificador, exalta el llegar sin importar cómo.

Y ahí choca lo que quiero enseñar a mis hijos contra lo que ven y escuchan diariamente. Adónde se fueron los valores verdaderos?, dónde se escondió la esperanza de avanzar cómo país?. Si las autoridades no logran que se respete un semáforo en rojo, que se circule por las calles como personas civilizadas, si no aprendemos a hacer una fila ordenada y a no hacer tapones por querer ir por la vía contraria, cómo podremos avanzar? En mi caso todavía no tomaré un fusil, simplemente me daré a la tarea de educar a dos seres humanos para que sepan diferenciar y valorar lo que de verdad perdura, por encima del tiempo, más allá del ahora y del aquí.

lunes, 15 de junio de 2009

Donde duele ser mujer

Hace poco terminé de leer un libro que me llegó muy profundo, La Escuela de Belleza de Kabul. La autora, de forma muy especial y fácil de leer, nos relata su experiencia al instalar una academia de belleza en Kabul, Afganistán y todas las dificultades que tuvo que sortear para lograr su sueño.

Lo que más impacta del libro es conocer las historias detrás de cada una de las alumnas y profesoras, mujeres condenadas por el simple hecho de serlo, en una sociedad donde nacer mujer es una maldición, donde no se tiene derecho a amar, a educarse y prosperar, a ser feliz. Niñas que son prácticamente vendidas al mejor postor (no veo de qué otra forma se pueda considerar la dote que el futuro marido debe pagar a la familia), sin importar que el negociante le lleve decenas de años, esté casado previamente o la convierta en blanco de su ira, golpeándola hasta casi matarla.

La femineidad se oculta detràs del burka como algo pecaminoso, como algo de lo que hay que avergonzarse y el ser bella, más que un atributo, es un estigma.

Muchas situaciones han cambiado en el mundo, pero en el Oriente, nuestras compañeras de gènero siguen esperando que sus padres o esposos no le nieguen el derecho primario del ser humano, la libertad.

Les invito, mujeres, a sumergirse en ese mundo del que poco conocemos para que sepamos valorar lo alcanzado y a nuestros compañeros hombres para que vean en su justa dimensión los aportes que sus compañeras de vida, hijas, amigas o conocidas hacen a sus realidades.




Prevención es protección

Hace varios días tuve un encuentro desagradable con la violencia y la delincuencia. Gracias a Dios no pasó a mayores y puedo decir que salí sin pérdidas materiales, pero sobre todo sin mi integridad física lastimada.

Lo más importante de esta experiencia es el conocimiento de que debemos prevenir y estar atentos para protegernos. El país de hoy no es el que conocimos en nuestra infancia, en el que regresar del cine Doble a pie a las 8 de la noche era una aventura, no por lo peligroso, sino porque íbamos en grupo conversando sobre lo que recién acabábamos de ver y nos sentíamos mayores.

Observar a todos lados antes de salir de nuestros autos, sin importar la hora. Pensamos que es más peligroso a altas horas de la noche, pero mi experiencia fue a las 8.15 pm. Estar atentos a los motores, muchas veces son los que nos halan las carteras y luego huyen.

Hacer una red con los vecinos más cercanos para que estén pendientes de nuestra llegada, en caso de que no tengamos quien nos espere, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Guardar en nuestra memoria los tips que muchas veces nos envían por correo electrónico para protegernos. En mi caso, al no sentir arma de ningún tipo, opté por gritar y soltarme del atacante. En caso de percibir que el mismo está armado, lo mejor es entregar lo que nos pide y dejar que se vaya. Nada es más valioso que la integridad física y la vida.

Aunque nos lo han repetido hasta la saciedad desde que éramos niños, nunca debemos confiar en extraños. La persona que me abordó se veía muy normal, un muchacho con jeans, polo, bulto como de mensajero y un carnet de identificación volteado. Es un poco triste, porque talvéz nos estemos perdiendo de conocer seres humanos maravillosos, pero nuestro entorno nos ha obligado a pensar en nuestra protección primero.

Agradezco las muestras de solidaridad de mis vecinos y amigos, espero que esto nos sirva de experiencia a todos y nos enseñe a ser un poco más cautelosos y sobre todo, agradezco infinitamente la Presencia de Nuestro Señor Jesús quien estuvo junto a mí en todo momento.

domingo, 31 de mayo de 2009

No somos los dueños de La Tierra


Hace unos minutos acabé de ver la película El día que la Tierra se detuvo o su título en inglés Day the Earth stood y la verdad es que se constituye en una llamada más de alerta sobre el daño que estamos haciendo a nuestro planeta y las consecuencias que ello nos traería.

En un típico lenguaje hollywoodense, lleno de fantasía y ciencia ficción, se narra la historia de unos alienígenas que vienen a destruir a la raza humana para defender o recuperar La Tierra para las demás especies. Hay un diálogo en el cual una ministra le dice al enviado, nuestro planeta, refiriéndose a la Tierra y el le contesta que no nos pertenece. Es allí donde se nos recuerda que de los millones de especies que lo habitan nosotros somos una muy ínfima parte, pero esa pequeña porción está logrando que pronto ya no haya lugar para nadie.

Y es aquí donde aterrizo a nuestra realidad?

Qué derecho tienen los empresarios dominicanos de utilizar una porción bendita de nuestra patria como son Los Haitises para instalar una cementera? es que dentro de los 48,400 kms2 que componen nuestro país no hay otro lugar más idóneo?. No soy experta en biología, ni zoología, ni ninguna ciencia parecida para saber con certeza qué tipo de daño puede ocasionar tal antojo. Pero el sentido común me indica que DEBE haber algún otro lugar que no esté ni remotamente cerca de ese paraíso único en el mundo que nos regaló Dios, en el cual se beneficie el país y los empresarios.

Qué derecho tienen los políticos de disponer de nuestra Patria como que fueran los dueños absolutos de ella? Les recordamos que están en las esferas de poder por nosotros y para servir a nuestro país, no para servirse de él.

Nos toca a nosotros hacer conciencia y educar a nuestros jóvenes en el respeto a la naturaleza. Hay muchas escuelas y colegios en los cuales se toca ese tema y escucho con orgullo a los niños peleando con los adultos cuando ven que se tira basura en la calle o en los campos, y cuando queremos sabotear el delicado equilibrio de la naturaleza. Pero aún hay mucho trabajo por delante. Es hora de que nos demos cuenta de que no somos un país blindado, ni ajeno al mundo, ni en las cuestiones económicas y mucho menos en las ecológicas. Si hacemos algo diferente en nuestro entorno y le enseñamos a alguien cercano a nosotros a respetar las Maravillas que nuestro Creador nos ha obsequiado, aún habrá esperanza, aún habrá sueños, aùn habrà Tierra.

lunes, 25 de mayo de 2009

La Juventud, estado físico o mental?


En el día de ayer leí, no recuerdo en qué periódico, sobre una señora española nonagenaria que se había hecho famosa al escribir un blog, María Amelia López Soliño era su nombre.

Hoy que estaba navegando y tenía un poco de tiempo, busqué el blog y quedé gratamente sorprendida. Su nieto le hizo el regalo del blog al cumplir los 95 años. Este regalo le abrió una ventana al mundo, a conocer nuevos amigos y tener nuevas experiencias que, según sus propias palabras, me quitaron 20 años de encima. Ella hablaba y las entradas las iban publicando, a veces de forma escrita y a veces, en forma de audio.

La señora fue entrevistada por periodistas de diversos países, su historia recorrió el mundo, conoció grandes figuras. Lamentablemente falleció el pasado 20 de mayo, dejando un legado en el ciberespacio de sencillez, humildad, pero sobre todo de la sabiduría que solo dan los años vividos. Así como también la esperanza para decenas de personas de la tercera edad que se motivaron e iniciaron su propio espacio en la web.

Y aquí surje la pregunta, es la juventud un estado físico o mental? La señora María Amelia quien a sus 95 años se dió la oportunidad de conocer y disfrutar de un medio que ni en sus más alocados sueños de niña imaginaría. Que tuvo acceso gracias a ello, a conocer el mundo, el pensar de tantas personas diferentes y a experiencias que no viven el común de los seres humanos. La abuela bloguera era mucho más joven que el veinteañero que se olvidó de sonreír porque no pudo comprar el super carro que deseaba o la jovencita que vive amargada porque no puede comprar la ropa de diseñador que desea o el ejecutivo que sueña con ver su nombre en entrevistas de revistas importantes, pero no hace ninguna contribución al mundo para merecerlas.

Tratemos de ser tan jóvenes como los niños que no se cansan de preguntar y de aprender, que no tienen miedo de vivir nuevas experiencias, de tomar el caminito que está entre los pinares, simplemente para ver donde los lleva y de jugar con lodo o bañarse en la lluvia sin temor a las bacterias y los virus. Las preocupaciones y las responsabilidades arrugan nuestra alma y poco a poco, también nuestro semblante. No les demos la oportunidad. Cantemos, bailemos y de vez en cuando no racionalicemos tanto.

Y si quieren leer y conocer un poco más de María Amelia, una joven que vivió 98 años pueden accesar el siguiente enlace http://amis95.blogspot.com. Les prometo que no se arrepentirán.

domingo, 22 de marzo de 2009

Eduquemos a nuestros hijos para nuestra ausencia



Como madre contínuamente busco formas de cómo transmitirles a mis hijos, conocimientos para cuando ya no esté yo más a su lado. Darles fortaleza para sobrevivir en un mundo que no es fácil, ternura para que puedan percibir y apreciar las maravillas que nuestro Creador nos regala, la dosis correcta de obediencia y rebeldía para que sepan vivir en una sociedad que tiene reglas, pero también para que puedan pelear sus propias batallas cuando consideren que esas reglas no responden a las necesidades de sus semejantes y del momento.

Educarlos en el trabajo y las consecuentes satisfacciones que nos brinda, cómo puedo enseñarles la dicha que se siente comprar su primer carro o su primera casa, si desde pequeños les complazco en todos sus antojos sin que les cueste esfuerzo? Hay que entender que no siempre estaremos a su lado y ese día será nuestro examen final como padres.

Que sepan valorar a los seres humanos por sus cualidades, no por sus cantidades, que no necesiten del aplauso externo, sino que aprendan a buscar en sí mismos la gratificación que deriva de una labor bien realizada o de un trabajo cumplido, que ante las adversidades busquen en Dios respuesta a sus preguntas y eleven a El la mirada cuando todo parece sin sentido.

Cuando tengamos la certeza de que nuestros pequeños, no son más nuestros pequeños y estemos seguros de que pueden volar sin nuestras alas, solo entonces habremos cumplido con nuestra misión en la Tierra. La misión de hacer hombres y mujeres capaces de asumir su vida como algo personal, en cuyo proyecto, los resultados dependerán solo de las decisiones que han tomado como seres humanos, no de las circunstancias que la vida les ha brindado.

martes, 17 de marzo de 2009

Amigos y familiares

Entre los propósitos para el nuevo año, escribí : rescatar viejas amistades, hacer unas tantas nuevas y reencontrarme con mi familia allende los mares.

Pensé, no todo debe ser trabajo, hay una parte social en mí que le gusta compartir, conocer personas que no solo se acerquen a mí para decirme que no hay parqueo o hacerme un comentario del deli.

Así que, ayudada de las bondades que brinda la tecnología, me inscribí en Facebook, contacté amigas de mis años de Universidad , llamé a mis tíos en Guatemala, les pedí que a su vez le dieran mi correo electrónico a mis primos y la verdad, el cruce de informaciones entre familia que tenía mas de 10 años de no contactar, me ha llevado a querer hacer un viaje de reencuentro con esa cultura Maya que late en mi corazón y fluye por mis venas.

En relación a mis amigos, me he propuesto asistir a los cumpleaños más a menudo, compartir nacimientos, primeras comuniones, misas y toda clase de eventos en los que una se da cuenta que no está sola en el mundo y que muchas personas sienten, sufren y gozan las mismas situaciones.

Cuan rica se hace la visión del mundo cuando damos cabida en nuestro diario vivir a puntos de vista diferentes, sin etiquetas, sin prejuicios, con la mente abierta y sobre todo con inmensos deseos de aprender .

He percibido que muchos seres humanos están ansiosos de contacto humano en este mundo individualizado que vivimos, he comprendido que seremos más fuertes en la medida que nos unamos, en la medida que hagamos nuestro, el sentir de otra alma y que nada nos acerca más a Dios que colaborar en forma desinteresada y ser el causante de la sonrisa en el rostro de un amigo o del alivio en la vida de un hermano